Existen actividades de ocio que, si bien nos encantan por los buenos ratos que nos hacen pasar, también nos llevan a comer mal y de cualquier forma. Festivales, viajes en tren o parada de rigor en un área de servicio son ejemplos de estos casos que exponemos. ¡Qué gusto hacer un viaje y qué mal rato parar en una estación de servicio a picar algo!
Pero, ¿se puede mejorar la comida de estos sitios, donde muchas veces importa más la velocidad que la calidad de los alimentos? La respuesta es un sí rotundo.
Es más, tres chefs proponen cómo mejorar la comida en ciertos eventos y lugares públicos. ¿Tomarán nota los responsables de Alimentación?
Todas las propuestas, aquí.